Por Joana Milcheva
Aquella tarde, el amigo cubano de una compañera mía vino a tomar algo con nosotras. Se presentó y se sentó a la mesa. Inmigrante, como yo. Hablamos de Cuba, de la caída de la Cortina de Hierro y de los estados satélites de la Unión Soviética. Debatimos sobre la educación, la literatura, las artes… Poco a poco, nos acercamos a las ideas valientes y a los sueños. Eduardo Bermúdez era un visionario. Me contó de su proyecto Havana Streetview y me dejó con un sentimiento de admiración sincera.
Hace casi diez años que el neologismo “guglear” entró el vocabulario español. Ahora todo se puede guglear – desde la información enciclopédica hasta las fotos de brunch en Instagram. Uno puede encontrar los vuelos más baratos en Google y, segundos después, “caminar” por las calles del barrio antes de llegar a su destinación. Para unos sería increíble el concepto de que “Google Street” no exista en ciudades-joya como La Habana.
Aquí entra Eduardo. Un año atrás, fundó Havana Streetview – un servicio que lleva la experiencia “peatona” más allá de la pantalla digital. Con la ayuda de muchos colaboradores habaneros (e incluso de algunos extranjeros), Eduardo concibió crear algo que se asemeja a un “mini-Google,” conteniendo todo sobre las maravillas de La Habana viva. La evolución hacia una “comunidad de contenido” es un concepto que Eduardo Bermúdez siempre atribuye a este proyecto.
Para representar La Habana con gracia y verosimilitud, se emplean imágenes panorámicas en 360º tiradas en varios puntos de interés, y se provee información actual sobre la ciudad y su cultura. La fotografía, el diseño, la literatura, el periodismo, la arquitectura y la música forman gran parte de los asuntos que Havana Streetview aborda. Aunque el proyecto es relativamente reciente, ya tiene más de 1,000 seguidores en las redes sociales e innumerables panoramas y artículos colocados en su sitio web.
¿Por qué dedicar tanto tiempo, tantos esfuerzos y, sí, tanto dinero, a un propósito tan vasto? Bermúdez explica que vale la pena. Su intención fundamental es colaborar con los profesionales de Cuba, crear nuevas oportunidades para el intercambio social, motivar a las pequeñas empresas y, en un mundo perfecto, generar trabajo e iniciativas individuales. Además, Havana Streetview contribuirá a la representación verdadera de Cuba y de la Habana fuera de las discusiones políticas y de las alucinaciones “all-inclusive” en los Trópicos. Mirando hacia delante, este proyecto intentará enriquecer la presencia electrónica de la Habana – y de Cuba en general – y, al mismo tiempo, ayudar a su desarrollo desde lejos (en cuanto a la educación de extranjeros de todo lo que la ciudad y el país ofrecen).
Nada se compara al entusiasmo con que Eduardo Bermúdez trabaja para mostrar La Habana auténtica y suya. Él no sólo logra mostrársela a los que no la conocen con Havana Streetview, sino que la deja disponible a todos los que sueñan con ella.
Joana Milcheva está en su quinto año en la Universidad de Toronto, acabando su especialización en español. Aparte de los idiomas, le interesan las artes y la historia de la civilización: cree que estas disciplinas tienen algo en común. En su tiempo libre se dedica a las artes visuales (fotografía y diseño gráfico) y a varias actividades en la naturaleza. Le gustaría continuar sus estudios al nivel de grado y, algún día, viajar por el mundo.