Cambios políticos sin precedentes en Europa inspiran al pueblo español

Por Catriona Spaven-Donn

Foto: Discasto, Wikimedia Commons

 

 

2015 será el año de cambio. El momento es ahora. Tic Tac.

Estas frases resonaban profundamente en las calles de Madrid el 31 de enero, donde más de 100,000 personas participaban en la Marcha del Cambio de Podemos, el partido progresista español.

Podemos, que acaba de cumplir un año, es una fuerza política sin precedentes en Europa. El partido se gestó en el movimiento 15-M de 2011, cuando miles de personas salieron a la calle para luchar contra el bipartidismo de los socialistas, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), y los conservadores, el Partido Popular (PP). Desde la transición a la democracia después de la muerte del dictador Francisco Franco en 1975, estos partidos se han intercambiado el poder sin que otro partido ofreciera una alternativa al orden político establecido.

Los indignados del 15-M se oponían a la corrupción de los dos partidos y a la desigualdad social frente a la crisis económica, que empeoraba desde su inicio en 2008. Desde entonces, las manifestaciones en contra de los recortes de fondos a la salud y a la educación han ocurrido casi cada fin de semana en la Plaza de Cibeles y la Puerta de Sol en Madrid, igual que en otras ciudades por toda España.

Con el desempleo al 50% entre los jóvenes y cientos de desahucios ocurriendo cada día a manos de las empresas hipotecarias, la situación en España divide el gobierno de Mariano Rajoy del PP. Mientras la gente se manifiesta, el gobierno sigue con los recortes, y la brecha entre Estado y la sociedad civil crece cada vez más.

En otros países del Mediterráneo, como Grecia e Italia, los mismos problemas de austeridad y desempleo han estado desarrollándose desde 2008. Sin embargo, el tono de los manifestantes en la Puerta del Sol de Madrid y en el centro de Atenas ha cambiado: los eventos de las últimas semanas han renovado una esperanza en el sistema político. El 25 de enero, el partido izquierdista, Syriza, ganó las elecciones generales en Grecia. El nuevo Primer Ministro, Alexis Tsipras, ofrece un cambio radical en la forma de la abolición de las deudas de la Unión Europea y una visión anti-neoliberal y anti-capitalista.

Su éxito ha inspirado a toda España. Gritan “tic tac” en la calle para indicar que el momento del cambio se acerca. Vuelan banderas griegas al lado de las moradas de la Segunda República Española. Dicen que el momento es ahora.

Foto: Discasto, Wikimedia Commons

 

Durante el 31-E – el nombre designado a la Marcha del Cambio – el líder de Podemos, un profesor de ciencia política en la Universidad Complutense de Madrid, Pablo Iglesias, preguntó a la gran multitud frente al escenario: “¿Quién decía que un gobierno no puede cambiar las cosas?”. Después de años de manifestarse en contra de los recortes a los servicios sociales sin que nada cambiara en la política nacional, esta pregunta es fundamental. Un grito popular de las manifestaciones de antes era “¡no nos representan!” – ahora, el pueblo español ha encontrado un partido que sí le representa.

Justo meses después de su creación, Podemos ganó 1,2 millones de votos y 5 sedes en las elecciones europeas de mayo 2014. El pueblo respondió a las promesas que hizo Podemos para implementar una democracia participativa en una sociedad que ya se parecía a la dictadura de antes, según los manifestantes.

Para Iglesias, esta nueva democracia rechaza los antiguos binarismos de derecha-izquierda y reinventa una sociedad izquierdista progresista. En su discurso del 31-E, Iglesias mencionó las primeras acciones del nuevo gobierno griego para recordar a su país que el gobierno puede efectuar cambios radicales: “…electricidad gratuita para 300.000 familias, suspensión de los procesos de privatización, recuperación de la cobertura sanitaria para todos los ciudadanos, reconocimiento de la nacionalidad griega a todos los niños independientemente del color de su piel, retirada de las alambradas que separaban al Parlamento de la gente…”. Repitió que este año la política y el gobierno van a cambiar en España, y que “los de siempre, los de abajo, los humildes” van a recuperar su voz. Como dice Iglesias, “vamos a ganar”.

 


Catriona Spaven-Donn es una estudiante del cuarto año de su carrera en español, francés e inglés en la Universidad de Toronto. Tiene una pasión por explorar nuevas lenguas y culturas, y espera hacer una maestría en estudios latinoamericanos en el futuro. Hasta entonces, le gustaría trabajar en una ONG o una organización caritativa, además de desarrollar su interés en la escritura y en la política de muchas partes del mundo.